¡Ya tenemos blog! Aquí podremos compartir todos esos textos que escribimos para clase y que nos gustaría a todos volver a leer y volver a comentar.

PENÉLOPE ALMODOVARIANA

 

—Esa falda es demasiado corta y provocadora ¿y esos pechos? ¡Por Dios!

—¡Señora!, ¡me quiere dejar en paz y no repetirme lo mismo todos los días!. Está Usted rayada, y como suegra larga una brasa insufrible.

—Estás faltando el respeto a mi hijo.

—No es cierto, y no me vestiré de negro, ni guardaré más ausencias. Su hijo no está ni muerto ni desaparecido, ¿o acaso ha olvidado que nos escribe todos los años?, así que no queda más remedio que esperar.

Sin duda, la vida le resultaba a mi hombre algo aburrida, pasados los primeros años de arrumacos y locos revolcones, y un día me planté y le dije:

— Mira cariño, lo mejor es que te embarques en busca de esas batallitas contra los vecinos que tanto te gustan y navegues a tus anchas por el Mare Nostrum, que para eso es nuestro.

—Ésta es mi tronca, —me respondió, con una sonrisa más grande que el Titanic.

—Seguiré soñando con tu regreso, —le contesté, y en aquel momento pensé que con mis amigas, con las lecturas, con las clases de punto y con las tertulias hasta el amanecer, tendría suficiente.

Un día de primavera, hace cinco años, largó velas, y sólo tengo noticias suyas por la carta de fin de año, en la que me cuenta todas las locuras y sobresaltos de un viaje tan excitante como el suyo. Pero mira por donde, hace dos años las jodías vecinas, licenciadas en cotilleo y que de todo se enteran, dejaron caer en el mercado, mientras compraba unos boquerones para hacer en vinagre, que en ese periplo, mi hombre, de vez en cuando se echaba al agua con la disculpa de quitarse la mugre, y en realidad a lo que se dedicaba era a pulirles las escamas a las graciosa pobladoras del dichoso Mare Nostrum, ¡que también era de ellas! Es más, dejaron entrever con sonrisas de zorra, que las de la colita bífida le acariciaban la oreja y otras cosas que se callaron por pudor. ¿Cómo se habrían enterado, esas pécoras? ¿Y si fuera cierto?

En aquel momento casi se comen los boquerones crudos, y los tirones de pelo no se los habría quitado nadie, pero al final me contuve, pues sería pedirle demasiado a él, siempre rodeado de zafios y rudos colegas de mareas. Además ¿Qué esfuerzos no haría el pobre para que me llegara puntualmente la paguita todos los meses y pudiera permitirme algún capricho? ¿No era eso la enjundia del amorío?

Pero ya en casa, agarré un rebote guapo que removió mis adentros, y a partir de aquello, decidí sacarle jugo al esqueleto. Ropa ajustada a tope y provocativa, colores chillones, melena teñida a juego con labios reventones y chupa de cuero. ¡Una petarda de manual! Y comencé a oír de todo en la calle: Ardientes requiebros envenenados, piropos de andamio como Dios manda, palabras mayores no aptas para menores y algunas frasecitas de buen rollo, pero las menos.

Y resultó que al poco del cambio muchos estaban pendientes de si entraba, si salía, si hacía o si deshacía, y yo controlando el tempo como una reinona. Hábilmente los manejaba para que me acompañaran al cine, a pasear a media tarde, y de vez en cuando a tomar unas tortitas con nata que eran mi perdición. De lo otro que siempre perseguían y tanto les privaba, sólo la prueba y nada más, para que no se aficionaran al peligroso buceo sin escafandra.

Y en esto llegó la carta de fin de año, eso sí, con algunas escamitas pegadas al papel, que hasta las olió el perro. ¿Qué habrá estado tocando éste? pensé. Pero de nuevo me contuve.

Hemos encontrado el paraíso, te quiero a mi lado tía, y con lo que hemos trincado con las batallitas compraremos una casa con vistas a nuestro mar. Los aborígenes llaman al lugar por un nombre extraño, Lloret de Mar, o algo parecido, y está lleno de sirenas sin cola ni escamas, que dicen ser rusas.

No lo pensé dos veces, tiré al pozo los manuales de Aprenda a tejer en casa, editados por CEAC, todas las madejas de colores y media docena de agujas y me puse la falda más corta que tenía en el ropero. Me embutí en unos pantis rojos llamativos a tope, y subida a las plataformas de Drag Queen, marché corriendo a casa de mi suegra para decirle:

—Señora, ¡que me las piro! Lo suyo no ha sido un placer, ha sido un Via crucis.

Puso el grito en el cielo y mirándome de arriba abajo, me dedico una colección de lindezas: Golfa, descarada, putón verbenero, y otras que no merecía ni quise oír.

Emocionada cogí un Taxi y con lágrimas en los ojos, le supliqué al conductor: Rápido al puerto, que quiero conocer cuanto antes el paraíso terrenal.

 

 

Madrid, 2 de abril de 2013                                                Ángel Basante

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    vía láctea (viernes, 22 marzo 2013 21:21)

    Deambulando por los mundos de internet, he topado de casualidad con esta página, y me ha llamado mucho la atención la foto del inicio.

    Estuve indagando en ella y me ha resultado muy interesante.

    Aquí os dejo un poema escrito de mi puño y letra, por si quereis debatirlo en vuestras clases. Espero que os guste.

    "La vida se consume sin espera
    minuto tras minuto, hora tras hora
    nos abandona la luz poseedora
    y aparece la tiniebla duradera.

    No hay esperanzas sin espera,
    no hay vanos escudos ahora
    porque la tiniebla es poseedora
    poco a poco de tu luz frontera.

    No podemos poner remedio a eso
    porque eso es propio de la naturaleza
    y cuando ella avisa a las tinieblas
    se concede su propuesta a pieza.

    Aunque tardía y temerosa
    oscurezca la felicidad
    que un día conseguiste
    y con tun manos destruiste".

  • #2

    sinliteraturaosinalma (viernes, 22 marzo 2013 22:18)

    (viernes, 22 marzo 2013 22:15)

    Gracias, Vía Láctea, por tu poema, es precioso y muy conmovedor.
    Además, nos sirve para comentar los tópicos literarios, ya que en el mismo nos encontramos con uno.

    ¿Alguien sabe cuál?